LA CATEDRAL DE MONSEÑOR ROMERO
Sermon predicado por el Rev Dr Roger Velásquez Valle, en el Vigesimo Aniversario del asesinato (2000)
(Digitado en el año del 35o. Aniversario 2015)
Tributo al Dios de la Historia que habló con voz profética
"No ví templo alguno en la ciudad, pues el Señor Todopoderoso y el Cordero son su templo"
(Apocalipsis 21:22 (Version La Casa de la Biblia)
Introduccion Con sumo beneplácito recibí la amable invitación del Arzobispado para acompañar a ésta Iglesia peregrine, en ésta efemérides que va más allá de un simple recuerdo. Estamos aquí en una justa celebración que afirma el apostolado de un siervo de Jesucristo martiirizado. Más aún: ésta celebración glorifica al Dios que a lo largo de los siglos desafía en extrañas paradojas alas fuerzas del mal. "La sangre de los mártires es la semilla de la Iglesia" fue una de las expresiones paradójicas del legado de San Jerónimo. No siempre. Pero en esa tension de esperanza camina el pueblo del Señor.
Monseñor Romero construyó una Catedral. La Catedral es el asiento del Obispo. Hablamos del sentido original del término. Las asociaciones semánticas a menudo confinan el sentido propio, de tal manera que en el lenguaje ordinario usamos el término Catedral para refererirnos a la estructura física. El fenómeno no es Nuevo, pues cuando en la carta a los Efesios hay una referencia al templo, el cual es morada de Dios y no un edificio.
"Por tanto, ya no sois extranjeros o advenedizos, sino conciudadanos dentro del pueblo de Dios, sois familia de Dios, estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular, en quien todo el edificio, bien trabado, va creciendo hasta formar un templo consagrado al Señor, y en quien también vosotros vais formando conjuntamente parte de la construcción, hasta llegar a ser, por medio del Espíritu, morada de Dios" (Efesios 2: 19-22, vers La Casa de la Biblia)
Los judíos del tiempo de Jesús se gloriaban de su hermoso templo. Jesús profetizó la destrucción de este monument material a la arrogancia religiosa. Y señaló una nueva orientación que ponía a su ser como un templo para ser destruído y reedificado en tres días. El mensaje del Evangelio trae consigo la rupture con el pasado y la bienvenida a las dispensaciones de la gracia divina. Las realidades que por varios siglos han herido a nuestro pueblo exigen la consytruccion de un nuevo orden. Todavía nos aguijonea el dolor de siglos, como lo expresa uno de nuestros poetas:
"Digan que somos lo que somos:
Un pueblo doloroso,
Un pueblo analfabeto,
Desnutrido y sin embargo fuerte...
Digan que somos, eso sí, un pueblo excepcional
Que ama la libertad muy a pesar del hambre.
(Oswaldo Escobar Velado, "Patria Exacta")
La Catedral de Monseñor Romero es un Monumento a la Libertad. Monseñor Romero sabía que la libertad seguía siendo un anhelo, un ansia del pueblo sufrido. Y que es posible conseguirla. Y que hay que creer en ella. Como dijera otro de nuestros poetas:
"Creo en la libertad, Madre de América,
Creadora de mares dulces en la tierra...
(Miguel Angel Asturias, "Credo")
Pero la clara intuicion profética de Monseñor Romero tenía la correcta interpretacion de la libertad proclamada en el Evangelio:
"Ojalá todos escucháramos también que el gran líder de nuestra liberación es éste Ungido del Señor que viene a anunciar la Buena Nueva a los pobres, a dar libertad a los cautivos, a dar noticia de los desaparecidos, a dar alegría a tantos hogares en luto, a que la sociedad sea nueva como en los años sabáticos de Israel"(Homilía 27/1/1980)
La Catedral de Monseñor es Ambito de Esperanza. "Si esperamos lo que no vemos, estamos aguardando con perseverancia"(San Pablo, Romanos 8:24). De esa urgencia estaba poseído Monseñor Romero. Justamente junto a los notables servidores de Jesús, galvanizados en sus luchas porque eran sostenidos "como mirando al invisible"(Hebreos 11:27) La esperanza es la disposicion natural del que cree y por ello canta, como el profeta:
"Un vasto rumor llena los ámbitos,
Mágicas ondas de vida van renaciendo de pronto;
Retrocediendo el olvido, retrocede engañada la muerte.
Se anuncia un reino Nuevo, feliz Sibila sueña
Y en la caja pandórica, de que tantas desgracias surgieron
Encontramos de súbito, talismánica, pura, riente,
Cual pudiera decirla en sus versos Virgilio divino:
La divina reina de luz, la celeste esperanza."
(Ruben Darío, "Salutacion del Optimista")
Apenas a unas cuantas horas de su martirio, nuestro apasionado pastor pronunció éstas oportunas palabras:
"La cuaresma, pues, es un llamamiento a celebrar nuestra redención en ese difícil y complejo de cruz y de Victoria. Nuestro pueblo actualmente está muy capacitado; todo su ambiente nos predica de cruz. Pero los que tienen fe y esperanza Cristiana saben que detrás de éste Calvario de El Salvador, está nuestra Pascua, nuestra Resurrección. Y esa es la esperanza del pueblo Cristiano" (Homilía del 23/3/1980)
Otro coterráneo de Monseñor Romero, hombre secular, pero poeta sensible, había escrito algunos años antes, en context distinto:
"Escapar de la muerte está en el grano,
En preparer la tierra y el arado,
Y luego, si los ojos cerramos
!Hablará por nosotros el milagro!
La Catedral de Monseñor Romero, Escuela de Aprendizaje. No para el dogmao disquisiciones de teología, sino para la jornada ejemplar, el verbo encendido, el repaso del leccionario evangélico, el ensayo hermenéutico de la historia del lado de los pobres, la maestría para enfrentar a Faraón, en fin la vivencia de la fe en la lucha contra el mal. Mucho aprendió nuestro pueblo desu profeta y bien podría este pueblo decir, con Pablo Neruda:
"Me has dado la libertad que no tiene el solitario,
Me enseñaste a encender la bondad como el fuego.
Me diste la rectitude que necesita el árbol,
Me enseñaste a ver la unidad y la diferencia de los hombres.
Me enseñaste a dormer en las camas duras de mis hermanos.
Me hiciste construir sobre la realiad de una roca...
Me has hecho ver la claridad del mundo y la posibilidad dela alegría"
(Pablo Neruda, "Canto General")
En una ocasion Monseñor Romero mencionó que se sentía halagado cuando alguien le dijo: "Su homilía en los domingos es como una cátedra de Universidad" Y agregó:
"Vale mucho más que todas las cátedras de las ciencias de los hombres, la humilde cátedra de evangelización, que señala a los hombres el verdadero sentido de la vida, sus verdaderas relaciones con Dios y sus responsabilidades en la sociedad"
La Catedral de Monseñor Romero, Albergue del Espíritu. Había preocupación entre los fieles por la seguridad personal de su pastor. El había pedido protección, no para él mismo, sino para su redil. Y así lo proclamó desde su pulpit. Aquello que el Divino Maestro dijese alguna vez en cuanto a no temer a los que matan el cuerpo, era uo de los principios normativos de su vida pastoral. !Qué modelo más digno de imitación!
!Qué excelsa Catedral nos legó Monseñor Romero! Esa indestructible morada del pueblo peregrine donde siempre se encontrará fresca, sabia y vivificante la Palabra de Dios. Catedral que no es estacionaria, ni museo de antiguedades, sino semillero de efervescencia dinamizado por la fuerza del Espíritu. Tmiz sereno, filtro de las razones del corazón y fiscal de la integridad de la razón. Entremos con confianza en la Catedral del Espíritu, la Catedral sin fronteras, hasta el ultimo confin de esta tierra. En esa Catedral encarnemos en nuestro ser, el formidable contenido del eterno Reino del Señor.
En conclusion, somos convocados a seguir, la siempre inconlusa tarea del reino. Con acierto apostólico afirmó nuestro bien recordado mártir:
"Allá en la Gloria eternal, hermanos, los sacerdotes junto con todo nuestro pueblo ya glorificado, sentiremos la inmensa satisfacción de haber colaborado con Cristo a hacer de la humanidad el templo vivo de Dios, la imagen viviente del Espíritu de Dios en la eternidad"
Esa Catedral de Monseñor Romero jamás sufrirá mengua. La Catedral del Espíritu es indestructible.
"He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres y El morará con ellos..." (Apocalipsis 21:3)
*El Rev. Dr Roger Velásquez Valle es actualmente Capellan Senior del Hospital de la Universidad Duke de Carolina del Norte y fue pastor de la Primera Iglesia Bautista de San Salvador, de 1960 a 1978)
